martes, 15 de febrero de 2011

Serie Misantropía: El Secreto de la Felicidad

He tenido una epifanía. He encontrado el secreto de la eterna (o al menos muy duradera) felicidad.
La premisa es sencilla: disfruta del mal ajeno.

Si existe mal y disfrutas de él, nunca estarás triste. Reconócelo, ¿has llegado a vivir en algún momento de tu vida con una felicidad absoluta sin que nada a tu alrededor esté sumido en llamas y llantos? No lo creo.

La felicidad por amor puede ser poderosa, sí. Amor a una persona, un acto, un objeto..... pero la felicidad por odio puede llegar a ser más longeva.
Ríete de un niño que se caiga, disfruta sabiendo que esa pareja que son tan pastelosos en realidad se ponen los cuernos mutuamente y viven una mentira, regocíjate en la desgracia de tu enemigo o simplemente siéntate y observa cómo de mal le va la vida a tus exs.

Mil y una formas de hacer posible el sueño que está más al alcance de la mano del pueblo llano: La Felicidad. ¿Cuándo se te presentará de nuevo la oportunidad de sonreir de placer malicioso? Ni siquiera los chocolates Valor (placer adulto) te otorgarán esta satisfacción.

4 comentarios:

  1. Pero de la que tú hablas es de una felicidad dependiente, vinculada a las desgracias ajenas. A mí eso me parece una felicidad aparente. Creo que dejando caer algunas cosas en la indiferencia, como los exs, puedes centrarte más en ti mismo y llegar a ser más feliz, y esa felicidad no te la podrá quitar nada ni nadie, porque no tiene ningún tipo de relación con ellos.

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  2. Bueno, no me gusta esto. Y precisamente, porque no puedo creer que alguien con 'buen rollo', pueda sentirse a gusto porque otro lo pase mal, aunque est@ se lo merezca; genera mal karma, degradación y negatividad autodestructiva. Por mi parte y en casos más chungos, pienso más en la justicia -aunque sea kármica- que en el deleite por el mal ajeno, aunque admito que en mi imaginación sí que disfruto de otras cosas menos confesables, pero que nunca llevaría a la práctica por ser eso, simples fantasías sociópatas :P. Tal vez tú puedas llevar las tuyas -o al menos te gustaría- llevarlas al plano real, pero a mí me supondría una degradación espiritual=mal rollito que me terminaría pudriendo por dentro y perderme a mí mismo más de lo que ya estoy (apunte personal). Por otro lado, a veces piensas desde tu propia sociopatía que todo y todos están tan podridos, que hacer el mal es una manera de hacer el bien; una moral a la inversa, pero no deja de ser un a trampa en la que uno termina siendo absorbido para convertirse a sí mismo en lo que uno más odia, en fin... Bueno, es una opinión.

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  3. Que sea así no significa que mi vida se rija por esta premisa, eh? xDD Y ya lo he puesto como que esto es una forma de felicidad más duradera pero menos gratificante, cada uno puede aceptar las cosas como son, regodearse en la desgracia ajena o tender una mano amistosa si le hace más feliz.
    ¡No todos podemos tener la paciencia del Buda y su visión de las cosas! Al fin y al cabo la mayoría busca la felicidad en su entorno (familia, amigos, pareja, estudios...) y eso también la vuelve una felicidad dependiente.
    En cuanto la justicia khármica, necesito algo a más a corto plazo para que me pueda sentir satisfecho, lo reconozco.

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  4. Ya sé que eso también es una felicidad dependiente. Al igual que tú no es que me rija por eso, pero sería un buen ideal utópico. De todas maneras ya estoy con la kesa y la cabeza rapada, a ver si alcanzo la iluminación. Lo malo del karma es que, aunque en otra vida te vaya todo mucho mejor debido a tus acciones en vidas anteriores, esa persona ya no serás tú, no tendrás conciencia de ser tú mismo, el de ahora. Al final es como si, actuando tú bien, consiguieras que después fuera feliz otra persona, y tú te quedas igual porque te mueres y ya.

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